lunes, 8 de septiembre de 2014

SUPUESTA APARICION FANTASMAL ACABA CON LA VIDA DE UNA MUJER EN SU CASA

SUPUESTA APARICIÓN FANTASMAL ACABA CON LA VIDA DE UNA MUJER EN SU CASA

Hace unos días, concretamente el 12-03-2012 los vecinos del edificio número 29 en la calle Perdigón de Algeciras, afirman que un fantasma terrorífico acabó con la vida de una mujer en su propia casa.
A MªEugenia se la encontró con un cuchillo clavado en el corazón, en su casa, mientras dormía. Los médicos nos afirman que no sufrió, ya que el cuchillo provocó un rápido e indoloro paro cardíaco.
Los supervivientes de esta historia nos cuentan cómo en la casa de MªEugenia habitaba un ser amenazante e inquietante que los vecinos describen como una mujer vestida de negro con una mirada penetrante y horrorosa .
Pero ¿cómo había llegado ese cuchillo a su pecho?. Esa es la pregunta que los investigadores y todas las personas involucradas se hacen.
Su cuerpo lo encontró el portero, que preocupado por la ausencia de la mujer, subió a investigar a su piso.
Cuando llegó la policía, descubrieron un hallazgo impresionante entre sus pertenencias; su diario.
En este diario Eugenia redactaba una historia horripilante que solo con imaginársela pone los pelos de punta.
La anciana contaba su convivencia con un fantasma en su propia casa.
``Me mira fijamente, está ahí, implacable, con su mirada llena de muerte y terror´´, éstas son unas pocas palabras textuales del diario de la fallecida.
Según ella, y lo que los policías nos han contado, en su casa habitaba un espectro, justamente en el espejo de su salón. MªEugenia se quedaba horas observando y mirando a una supuesta mujer con velo y vestido negros, y terribles ojos.
Llegaba un momento en el que no soportaba más su mirada, y decidía irse a la cama, pero ella sabía que que seguía allí.
``He roto el espejo con tanta furia y desesperación que me he destrozado los brazos. Ya no se que hacer, ahora se refleja en todos los sitios de mi casa. No se si llegaré viva hasta mañana. Pero ahí está, en mi espejo de la habitación, en el pomo de la puerta, en todos los azulejos del baño... Tengo miedo de contarlo y que me llamen loca´´.
Este es un testimonio real de Eugenia, y que además es confirmado por dos vecinos que estuvieron en su casa pocas horas antes de su muerte.
Según las palabras de los dos muchachos, cuando entraron en la vivienda sintieron una presencia extraña que los perseguía por detrás y que se acercba cada vez más con una respiración fuerte y cansada. Pero cuando se daban la vuelta allí no había nadie.
Ahora, un grupo de investigadores estudian el perfil psicológico de la víctima, pero según las personas que la conocían era una persona amable y muy cuerda.

Luis Sánchez Marcuccini 4ºC

sábado, 11 de junio de 2011

El hombre volador

Aquí tenemos a nuestro aventurero amante de la naturaleza andando por los bosques de Virginia buscando especies nuevas y cogiendo muestras para su gran ilustración "La fascinación de la naturaleza y sus misterios"...
En el documentalnos hablaban del célebre naturalista y entomólogo Félix Piradíez como una Fuente.
Amaba tanto la naturaleza que se volvió loco.
Un día, después de haber cruzado los dulces campos del Capricho se encontróa una bandade yonkis algo "fumaos" . Había leído tanto sobre naturaleza y especies de todo el mundo, que acabó confundiendo a objetos y personas con animales grandes, extraños y peligrosos.
Cuando tuvo al numeroso grupo delante de sus narices, se asustó. Tenía delante de él a peligrosas fieras; hienas riéndose como locas de él con dientes de sable, enormes y lo más impresionante es que andaban erguidas.
Asustado y a la vez fascinado por el descubrimiento, sacó su escopeta de somníferos, apuntó a una de ellas y la disparó en todo el dedo gordo del pié. El bicho, saltando como un canguro del dolor, cayó como un saco de patatas en el suelo.
Y ya os imáginais lo que pasó. Fueron a por él y le dieron tal paliza que no le mataron por que les daba pena por las pintas que llevaba.
Después de ello pasó varias semanas en coma, y después de despertar varios meses guardando coma.
Estuvo un tiempo tranquilito, hasta que de nuevo empezaron los problemas.
Confundía a los médicos y enfermeras con cucarachas gigantes, repulsivas y asquerosas.
Menuda "giña", si ma llega a pasar a mí eso...Además, al verlos con las jringuillas pensaba que querían succionarle el cerebro para jalarselo después. Cuando ya estaba más espabilado, en defensa propia, según asguraba él, cogió las jeringuillas y se las tiró a matar a las enfermeras. Así que, viendo esto, los de seguridad lo cogieron con mucha delicadeza, lo bajaron y lo tiraron a la calle.
 Deprimido´y cada vez más pirado de la pinza se encerró en su casa.
Los de correos, preocupados porque los paquetes de bichos raros se amontonaban, fueron a su casa a investigar.
Enviaron a un tío como un armario. Más fuerte que Jhon Cena y con peor ostia que la Patiño.
Llamó a la puerta del loco. Este, después de un rato, viendo la insistencia, abrió la puerta de mala gana.
Se quedó de piedra, como si su alma se hubiera esfumado.
Tenía a un gorila de dos metros y medio delante de su puerta.
Incluso creo que se cagó encima, literalmente.
Corrió hacia la cocina y cogió el cuchillo jamonero y, decidido a dar su vida, corrió hacia él para apuñalarle.
El pobre hombre que estaba tranquilamente esperando en la puerta a que volviese aquel ser tan extrañose llevó un buen susto, cuando le vio aparecer de entre las tinieblas, se echó a un lado, no quería problemas.
Nuestro loco iba tan embalado que no pudo parar, y se cayó volando por las escaleras.
Como ya no le admitían en ningún hospital, se tuvo que cuidar por sí solo.
Se había llevado ya tantas tortas que no daba para más, así que se volvió más loco.
Acabó creyendo que era un pájaro.
Se subió a lo alto de un edificio y, decidido de que podía volar, saltó. Y claro, lógicamente no podía volar, pero pensaréis que como es nuestro protagonista no puede morir. Pues no, se llevó tal leche que parecía un plato de huevos rotos, de esos que está muy ricos.
Pero su muerte no tuvo mucha repercusión, ya que los únicos que veían sus documentales eran los que tenían el valor de ver los de la 2 por la tarde.
Así que ahí acabó todo: un hombre que terminó suicidándose porque creía que podía volar.

lunes, 16 de mayo de 2011

Las historias de un cuerdo algo loco

Ahí estaba yo. Casa humilde, vida penosa e insulsa; trabajo mísero. En fin, que se le va a hacer, la cuestión era sobrevivir.
Si, me dirijo a tí querido colega para que estés advertido de lo que te puede llegar a hacer la vida.

A las cinco de la mañana ya estaba más fresco que una rosa, listo para ir a aquel suburbio, en el Arrabal a las afueras, que aunque era pobre y sucio, tenía su encanto.
Las familias se querían en las penurias, y por lo menos los árboles enbellecían las calles.
Trabajaba en una de esas carnicerías, donde se rebozaba la comida contra el suelo porque, según mi jefe la comida sabía mejor.
Yo que sabía, sinceramente me daba igual. Yo por si acaso no la comía.
Era la típica carnicería. El jefe era más gordo que los cerdos que nos traían. Olía a peste negra y escupía más que un vaquero. Escupía tanto que acababa en su propio jugo. Lleveba un delantal tan sucio y negro que no se sabía si en su día fue blanco.
Su mujer, más que una mujer parecía un hombre; peluda como un gorila, tan chata y gorda como Papá Noel. Cualquier niño que la viera la acusaría de bruja.
Me trataban como si fuese una botella de plástico. La chupas, la reutilizas una y otra vez hasta que te hartas y la tiras a la basura.
Yo trabajaba detrás, descuartizando.
No era mi vocación, mi sueño era cantar, pero cantaba peor que un zombi, así que ahí estaba cortando animales como si fueran papel.
Cuando algo me salía mal, si no atendía bien a algún cliente o provocaba un estropicio, me castigaban.
El castigo era muy simple. Me dejaban encerrado en el congelador, y me dejaban ahí. Cronometraban el tiempo. Era un crack, la última vez duré 30 min, cada vez lo hacía mejor.
Un día de esos aburridos y en los que no tienes nada que hacer, en los que nada te sostiene, (aunque toda mi vida era así) me encontraba descuartizando una vaca, ¡era enorme!.
Mientras, estaba pensando en visitar a mis padres por la tarde. A mi madre le llevaría unas flores, y a mi padre un café con leche, hacía mucho tiempo que no tomaba uno.
Mientras estaba en el asunto me despiste tanto, que descuajaringué al animal,¡Qué iba a hacer!. !La ballena me mataría!.
Cogí el bicho y lo metí en una bolsa, y como si fuese un asesino sin piedad, lo tiré a la basura.
Al poco rato vino, y claro como no soy muy espabilado, no me di cuenta de que era él quien llevaba la basura hasta el punto de recojida, y como es lógico pesaba más de lo normal.
Vino de tal manera que parecía un tren a vapor. Echaba humo hasta por los ojos.
Estaba tan caliente el fuego que le ardia en el interior que pronto se agotaría el combustible, asi que me decidi a hacer tiempo. Empecé a dar vueltas por la tienda, pero aunque fuera un mamífero acuático, no se asfixiaba. Abrí la puerta del congelador y vino corriendo hacia mí, y cuando estaba a punto de cogerme, le puse la zancadilla. Cayó en redondo dentro del congelador. Cerré la puerta y estaba tan asustado que salí corriendo.
No sabía si estaba muerto o vivo, pero ahí le dejé. La verdad esvque si estaba muerto, mejor, pero yo salí corriendo.
Y ahí estaba yo, nueva ciudad, nueva vida, nuevas gentes.

lunes, 24 de enero de 2011

El Escudero ``El Lazarillo de Tormes´´

El Escudero , es un personaje muy curioso, ya que en su personalidad mezcla, a mi parecer, humildad, prepotencia y una pizca de superficialidad.
Aparece en el tratado tercero como uno de los amos del pequeño Lazarillo, y posiblemente para él sea al que más cariño tiene de todos sus anteriores y futuros señores.
En mi opinión, el Escudero es una persona a la que no le importaba ser pobre, sino aparentar todo lo contrario para que nadie se diese cuenta de su pobreza.
Sólo se interesaba en sí mismo, aunque también cogió cariño, pero tampoco tuvo reparo en abandonar al chico a la persecución policial.
Por ello, sobre él tengo una opinión neutral, ya que en el fondo era bueno con el chico y no le maltrataba ni le hacía sufrir.
Por último, aunque no menos importante, el Escudero era una persona que no quería ser descriminada por ser pobre, y hacía lo que podía por llevarse algo a la boca .
Sólo intentaba sobrvivir en un tiempo donde que la vida era muy difícil y las gentes eran buitres esperando a una presa, para abalanzarse más tarde sobre ella.
Pero, aún habiendo alabado, aunque también desaprobado al Escudero sigo sin tener una idea clara sobre él porque para poder juzguarle tendría que haberle conocido.